El adiestramiento
En nuestra sociedad predomina una corriente de pensamiento que considera que el adiestramiento es una práctica que somete, humilla u obliga al perro a hacer cosas que no quiere o que van en contra de su naturaleza. En la mayoría de casos, esta idea es apoyada por personas que podríamos considerar como “non gratas” en la profesión. Personas que se auto determinan como educadores, etólogos, psicólogos canino, comportamenalista emocionalista etc. Son profesiones que pueden generar confianza porque las asociamos a que tienen formación y experiencia, pero no dejan de ser nombres comerciales, y que además no sabemos exactamente en qué pueden ayudar a nuestro perro.
El mejor amigo del hombre
Durante miles de años, el perro ha servido al hombre en infinidad de tareas, donde ambos se han visto mutuamente beneficiados. El humano recibía la seguridad y guarda de su familia, y el perro recibía un cobijo, cuidados y comida. El pastor conseguía el control de su rebaño y el perro disfrutaba supliendo su necesidad natural de perseguir y acechar. El ciego ponía ojos cerca del suelo y el perro lazarillo paseaba durante horas acompañado y alimentado. Esta reciprocidad se ve reflejada incluso en trabajos más actuales, como los perros de asistencia o terapia, detectores de explosivos, dinero o drogas, o medicina, donde los perros pueden detectar numerosas enfermedades.
En estos casos se suele recompensar con premios o juguete y el perro disfruta de su trabajo (buscar), pero también de su sueldo (comida o pelota). Esta es una de las razones por las que considero que un perro disfruta más olfateando o mordiendo, que “dando la patita”.
La cuestión
Es aquí donde llega una pregunta existencial a muchos tutores de perros domésticos… ¿por qué adiestrar a un perro del que solo quiero compañía? ¿Realmente necesito invertir en adiestramiento? La respuesta es sencilla: porque será un beneficio para ambos.
Por un lado, tú ya tienes su compañía, pero tu perro necesita un trabajo, una motivación, la consecución de objetivos, generar expectativas y cumplirlas, y muchas otras cosas que hacen para tener una vida plena y feliz.
El adiestramiento en obediencia, por ejemplo, aporta a nuestros perros paciencia, autocontrol, capacidad de resolución de problemas, determinación, además de ser una herramienta perfecta para la adaptación a nuevos entornos. Por ejemplo, un perro que pasee bien con su correa por su barrio, tiene muchas más posibilidades de dejarse guiar en una situación complicada, como puede ser una aglomeración de gente. Esta es una situación a la que un perro se enfrentará tarde o temprano, y un perro adiestrado tiene muchas más herramientas para enfrentarse a esta situación sin estresarse o pasarlo mal, que uno que carece de estas capacidades emocionales adquiridas gracias al adiestramiento.
Ventajas
Esto se puede extrapolar al momento de dejar a nuestro perro solo en casa. Vamos a olvidarnos por un momento que tu piso es de alquiler, que destroza la pared cuando te vas, aúlla y por eso tus vecinos te odian y te denuncian… Supongamos que eso no sea un problema para nosotros que requiera adiestramiento, ¿de verdad no ayudarías a tu mejor amigo? Al margen de los daños que el animal pueda causar en tu casa, ¿no crees que durante tu ausencia, el verdadero problema es que el animal ha estado viviendo un momento de agonía? ¿Qué haría él por ti?
En muchos diagnósticos, cuando preguntamos si el perro tiene problemas en la gestión de soledad, los dueños nos trasladan que no hay ningún problema, que el perro puede ladrar un poco, que no destroza nada en casa, lo único que no se come la comida que le hemos dejado… Aquí es donde nosotros vemos un gran problema. Los tutores consideran que ellos mismos no tienen un problema como tal, pero no son capaces de ver que el propio perro si lo tiene.
Conclusión
Y es este el punto más importante de este post. A menudo buscamos el adiestramiento como un beneficio propio, pero en realidad el que más beneficiado saldrá y el que más lo necesita es nuestro mejor amigo, por lo cual es un beneficio para ambos.
Mucha gente contacta con nosotros por una necesidad o problema concreto y acaba haciendo del adiestramiento un modo de vida. Estas ganas de querer trabajar y disfrutar con nuestro perro fueron la razón de que creásemos los grupos de trabajo, donde docenas de personas, entrenan semana tras semana con su perro en nuestro centro canino. Aprendemos los unos de los otros, compartimos experiencias, y no dejamos mejorar y potenciar el vínculo con nuestro perro.
En estos grupos pasamos un buen rato, evolucionamos en un deporte, aumentamos la salud emocional de nuestro perro, y ¡nos beneficiamos los dos! Si estás interesado en unirte a alguno de nuestros grupos de trabajo, estaremos encantados de conocerte a ti y a tu peludo. Puedes pedir más información llamando al 660 218 279 o escribiendo un mail a rubenmoya@doggycentrocanino.com ¡Te esperamos!